Artículo publicado en “Las representaciones de arquitectura en la arqueología de América”, volúmen I (Mesoamérica), pps. 259 – 263, ISBN 968-58-0295-5, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), México, 1982.
¿Por qué un pueblo, grupo cultural o étnico cualquiera realiza un cierto tipo de objetos y otros no? Sin duda esta pregunta es interesante a cualquier nivel. Es decir, ¿cuáles son las causas que producen ciertas expresiones formales en un lugar, intensas y constantes, tal como las maquetas zapotecas de Oaxaca. y por qué los grupos generalmente conocidos como mixtecos casi no las realizaron?, ¿hubo diferencias en sus tradiciones, sus formaciones economico-sociales, su religión, su cultura? Obviamente sí las hubo y bastante marcadas por cierto. Esto es real, ya que la tradición de maquetas de arquitectura en piedra y cerámica de los zapotecas, al parecer se pierde casi totalmente entre sus continuadores en la región. De estos grupos solamente hemos podido recabar un ejemplo, publicado someramente por Dockstader hace pocos años (1968: 151-253). Éste consiste en una placa de alabastro proveniente de Mitla, que representa un juego de pelota, realizado en bajo relieve y en forma plana; se encuentra en la colección del Museum of American Indians de Nueva York (No. 16-6091) desde 1929, año en que fue adquirida en París a un particular. La placa de piedra mide unos 13 cm de largo y poco menos de 1 cm de espesor. Debemos destacarla no por sus valores estéticos, sino simplemente por mostrarnos un juego de pelota mixteca, incluso quizás de Mitla, en donde no lo existe arqueológicamente. Por otra parte, por ser hasta la fecha totalmente único en esa cultura.
Quisiéramos mostrar aquí algunos otros tipos de representaciones de templos y pirámides escalonadas, particularmente mixtecas tardías: son ya bien conocidos los códices denominados Mixteca-Puebla y el tipo de figuras de templos y construcciones allí incluidas. Pero las formas “tipo códices” se repiten en otros objetos de la región; por ejemplo existe un magnífico teponaztli, o tambor de lengüetas de madera horizontal, en el British Museum, que muestra justamente una escena histórico-mitológica. Entre las figuras talladas en sus caras pueden verse varios personajes, símbolos y dos templos de perfil que poseen un basamento simple, muro posterior y techo almenado en uno de los casos.
Otro ejemplo lo presentan los huesos con relieves provenientes de la tumba 7 de Monte Albán. En algunos de ellos puede apreciarse que lo tallado son escenas similares a la anterior, es decir de tipo narrativo-religioso, con los tradicionales personajes, signos jeroglíficos y otros detalles. Lo interesante es que se acompaña el conjunto con varios templos, tanto de perfil como de frente. De los tres huesos que presentamos aquí nos interesa detallar simplemente en el primero un templo visto de frente sobre un montículo, y en el tercero. a la izquierda, un juego de pelota y otra construcción frontal con escalera central y tableros de escapulario.
Otra representación muy interesante es la pintura mural del palacio IV de Mitla. Estos fragmentos de pinturas, de los que sólo quedan franjas horizontales, muestran también escenas tipo códice particularmente de carácter mítico. En la que estamos detallando se puede apreciar una banda superior, el cielo con sus estrellas, una banda inferior con la noche y el inframundo incluyendo pedernales debajo de todo. En el centro de la composición hay un enorme sol del que parten sogas hacia los lados, las que dividen el mundo superior del inferior. La alegoría se completa con los respectivos personajes, a la izquierda el que surge de la noche y a la derecha el que desciende hacia ella. Pero a ambos lados del sol se encuentran escaleras o basamentos escalonados, uno blanco y otro negro, que utiliza el propio sol para bajar y subir diariamente. Estas pirámides presentan cinco niveles con un reborde exterior en cada uno. El significado de estas pinturas fue originalmente analizado por Eduard Seler, y actualmente lo han comparado con otros mitos Furst y Scott (1975).
Otro caso en las pinturas de Mitla lo tenemos en un fragmento proveniente del grupo de la Iglesia, en el que vemos la parte superior de un templo, este sí en perfecto y clásico estilo códice del que sólo se conservó el sector del techo con sus almenas escaleriformes. Hay otro pequeño fragmento aunque es ya por su deterioro difícil de analizar.
Un caso diferente entre lo mixteca es una vasija trípode y globular proveniente de Nochistlán. Ésta está pintada con una escena tipo códice la que incluye un templo visto de lado (entre las publicaciones recientes ver a Sáenz 1962: fig. 9). La construcción tiene un techo circular, pero con las almenas en la parte inferior, cosa poco común por cierto, y el cuerpo de una serpiente lo está envolviendo, aunque la cabeza se encuentra en la parte posterior y no en la anterior. Esta vasija es un hermoso ejemplar de un tipo de representación poco analizado hasta la fecha.
Para finalizar, podemos recordar como otra variedad un hermoso colgante de oro proveniente de la tumba 7 de Monte Albán. Este pendiente muestra un juego de pelota en la parte superior, el que tiene forma de I horizontal, con dos personas en su interior y un cráneo-marcador en el medio. Por debajo cuelgan otros medallones con el sol, un gran cuchillo de pedernal, quizás más abajo la tierra y al final cuatro largos cascabeles. La representación del juego de pelota es interesante, dado que tiene claramente demarcados los límites laterales mediante una doble línea recta.
Si bien este panorama no completa totalmente las diversas tipologías de representaciones arquitectónicas mixtecas, por lo menos resume un poco la gran variedad que éstas tienen, en una región arqueológicamente tan importante como Oaxaca.