El artículo «La presencia Afro en la conquista de América. El más impactante objeto de la América indígena: resultados de una encuesta» de Daniel Schávelzon ha sido presentado como conferencia en el 1er Encuentro Internacional del Grupo de Estudios Multidisciplinarios en Urbanismos y Arquitecturas del Sur (ver sitio), de la Universidad Federal de Integración Latinoamericana (UNILA), Fox de Iguazú (Brasil) el 10 de octubre de 2017.
Resumen
Una encuesta entre arqueólogos y especialistas acerca del objeto indígena americano considerado más “impactante”, resultó con un ejemplo no imaginado: el cemí (ídolo) de la cultura Taína del Museo Pigorini de Roma. Se analizan las posibles causas de esta elección en el marco de la interculturalidad del fin del siglo XX. Y la relación entre indígenas y africanos esclavizados en el momento del contacto.
Abstract
A survey of archaeologists and specialists on the American Indian object considered more «shocking», resulted with an example not imagined: the cemí (idol) of the Taíno culture of the Museum Pigorini of Rome. The possible causes of this election within the framework of the interculturality of the end of the twentieth century. And the relation of indigenous people and African enslaved people at the early stage of the European conquest.
La encuesta
Entre 2014 y 2016 hice llegar una encuesta a cien arqueólogos, historiadores del arte, antropólogos, restauradores y conocedores del arte indígena americano. Busqué gente diferente, que se interesaba en el pasado de América en todas sus formas, de todos y de cualquier país; la idea era la variabilidad de opiniones. De ellos, 80 eran de América Latina y 20 de Europa occidental. No hubo selección de edad, nivel académico u otra cosa, solamente que fuese gente de la que se tenía la certeza que sabían de ese gran tema llamado “arte americano” sin entrar a discutir sus interpretaciones. Es decir que darían una opinión fundada a partir de un conocimiento amplio. Se buscó especialistas en los temas indígenas porque no sospechaba siquiera que el tema podía dispararse hacia donde fue: la relación entre los pueblos originarios y los esclavizados africanos llegados con los europeos.
La pregunta única era: “¿Cuál es el objeto más extraordinario que usted conoce, que haya sido producido en la América indígena de todos los tiempos y lugares (y que no fuese de arquitectura)?” 1. Habían dos aclaraciones a esa única pregunta: que la palabra “extraordinario” (pensada en español) implicaba muchas acepciones: maravilloso, impactante, hermoso, elaborado, significativo y que cada cual podía elegir, y que fuese un objeto móvil, no arquitectura o ciudades o hechos espirituales o no tangibles. Contestaron adecuadamente 92, otros no lo hicieron o entraron en discusiones que no hacen a la materia.
El objetivo de la encuesta era seleccionar un único objeto, que no fuese arquitectura o algo intocable (espiritual), aunque podía ser algo asociado o decorando un edificio o los objetos usados en liturgias, bailes o música, todos ellos intangibles. Por “indígena” se entendía que podía haber sido hecho parcial o totalmente tanto en el período prehispánico, como en el colonial o en los siglos XIX o XX. Es decir, la libertad de elección para el encuestado era enorme y eso era intencional. Quedó así librado elegir desde qué punto de vista se hacía la elección: si era desde el contexto antiguo u original, o si se lo hacía desde su propia visión en la que connotaba como arte algo que pudo haber sido hecho con sentido diferente: funerario, religioso, muestra de poder o el simbolismo que se quisiera o pudiese imaginar o deducir.
En ese sentido la encuesta era muy poco antropológica y tenía una fuerte carga de historia del arte, pero esa era la intención: elegir un único objeto y tratar de entender porqué se lo elegía. Y en forma implícita se admitía que una persona de hoy pudiera o no mirar en forma descontextualizada y como “obra de arte” un producto del pasado. Era finalmente un ejercicio de interpretación.
Se entiende que la encuesta tocaba temas polémicos en la arqueología: su relación con el arte, con los museos y las maneras de exhibir y ver, o con el uso de los objetos prehispánicos para explicar presentes. Somos conscientes de ello, pero asumimos el tema y el resultado fue intrigante, más aún, fue sorprendente.
El resultado
El objeto más señalado (34 votos) fue el Cemí (o Zemí) de la cultura Taína que se encuentra en el Museo Nazionale Preistorico Etnografico Luigi Pigorini en Roma. Posiblemente de ca. 1520 se atribuye que haya sido hecho en Santo Domingo.
En la encuesta seguía la escultura de la Coyolxhauqui mexicana con 11 votos, la Puerta del Sol de Tiwanaku con 7 votos y la Coatlicue con 5. El resto presenta una variedad enorme habiendo pocas coincidencias. Es posible que al haber sido un universo de personas conocidas por el encuestador eso haya producido algún desfasaje, pero era lo posible de hacer para garantizar el destinatario y que haya respuesta.
El objeto elegido
Este Cemí fue hecho posiblemente hacia 1510-1520 y su exhibición pública es reciente ya que hasta el año 1952 era desconocido. Estaba mezclado –quizás no absurdamente- con la colección africana de ese museo. No tiene sitio de proveniencia aunque la zona la cultura Taína abarca el Caribe con las islas de Santo Domingo (lugar más probable), Haití, Jamaica, Cuba y todas las demás islas hasta Panamá en tierra firme.
Este objeto, una especie de recipiente-canasta de fibra y algodón armado con hileras de más de 100 mil cuentas de collar, tiene 52 cm de altura y 35 de diámetro máximo, es de varios colores naturales. El cuerpo es cilíndrico, la base plana y puede separarse la parte superior del cuerpo como si fuera una tapa, para guardar objetos en él. Es decir que es un objeto sagrado en la tradición Taína pero a la vez cumple funciones de guardado. Es simétrico y presenta en ambas caras figuras muy diferentes: de un lado es un tradicional ídolo Taíno con sus anteojeras y orejeras muy marcadas, del lado posterior es una cara de tradición no americana hecha de un diente de rinoceronte color café, lo que indica su origen en África. Es decir, reúne elementos europeos, africanos y americanos en un mismo objeto. Lo africano a la vez remite a la esclavitud y la relación entre los tres continentes, además hay ojos de concha y vidrio, cuentas de caracoles marinos y vidrio veneciano. Era poco imaginable hasta que se difundió esto que hubiera una síntesis de cualquier tipo entre indígenas y africanos en un mismo objeto.
Hay muy pocos objetos de este tipo, uno de ellos y calidad similar es un cinturón o vincha para la cabeza que se encuentra en el Museum für Völkerkunde en la ciudad de Viena. Se atribuye que fuese llevado por Cristóbal Colón o alguien en forma inmediata a él a Carlos V en el siglo XV. El cinturón no recibió un solo voto en nuestra encuesta. Otros objetos taínos tampoco.
Consideraciones
La cultura Taína no es precisamente de las más difundidas por el turismo internacional reciente pero en los últimos años el incremento de los viajes a Cuba y el Caribe aumentó su presencia y difusión en los libros sobre el pasado americano. Para la arqueología es conocido el tema pero no tiene la fuerza del arte maya o azteca entre los investigadores. Para la historia del arte simplemente no existe.
La cultura taína en general es concebida como creadora de objetos de poca envergadura en tamaño, si bien sofisticados a nuestros ojos modernos y racionales, las tallas en madera de las que hay varias conservadas son extraordinarias y estos objetos de cuentas de collar muestran que sus artistas y artesanos llegaron a niveles insospechados incluso para los europeos que los guardaron en sus Cámaras o Gabinetes Reales de Curiosidades (Kunstkabinett, Kunstkammer o Wunderkammer).
Es extraño que haya sido elegido un objeto que si bien hoy está exhibido de manera destacada no es precisamente un museo muy conocido, incluso en la ciudad de Roma no se lo difunde al turismo internacional, pero la pregunta iba a especialistas precisamente para evitar eso. Incluso llama la atención porque que muy cerca de él, en ese mismo museo, están los objetos de mosaico de turquesa provenientes de México y que también fueron llevados en aquella temprana época, los que sin duda se supondría que podrían haber competido dignamente, pero no lo hicieron. A lo mejor la novedad de esta pieza y el impacto que causó su difusión (pese a que Internet casi no hay información sobre ella), mientras que los otros objetos elegidos en la encuesta son conocidos –al menos algunos- desde hace siglos, haya distorsionado la visión, y hasta podría ser un motivo de la elección. La Puerta del Sol de Tiwanaku o la escultura de la Coatlicue han llamado la atención del arte prehispánico desde el siglo XVIII, este objeto lo hemos visto en el siglo XX por primera vez.
Hay otro Cemí impactante y fuera de los materiales conservados habituales como la madera y la piedra ya que es de lana, el del museo de Turín, por cierto más conocido, hecho y está fechado también para la época de la conquista. Pese a la potencia física de su imagen no fue elegido por nadie.
El Cemí electo tiene otros elementos notables: es un objeto dual culturalmente, temporalmente y étnicamente. Y coincide esa dualidad con los rostros americano-extramericano pero no indígena-europeo como era dable de suponer. También hay que destacar el estar hecho de haber sido manufacturado con productos de varios continentes, ser ídolo y canasto, con una factura indígena pero funcionalidad europea y rostro africano, todo lo que lo hace excelente como ejemplo del choque cultural, del intercambio, de la globalización que se vivió en el siglo XVI.
Desconocemos si hubo muchos objetos de este tipo, o solamente es que no sobrevivieron por los materiales con que estaban hechos; quizás por eso llamaron la atención de quienes se los llevaron a Europa, por su fragilidad ante la piedra o la madera. Es una obra en que destaca al artista, el creador, alguien de calidad excepcional en el trabajo. ¿Fue el proceso de aculturación entre los tres grupos humanos, el impacto brutal de la conquista, lo que generó un objeto híbrido como este? ¿Era una tradición local la de trabajar con cuentas y el artesano se adaptó a los nuevos materiales? Imposible saberlo y la falta de suficientes ejemplos lo hace complejo de entender.
¿Fue el inicio de la construcción de un nuevo mundo tal como un par de encuestados explicaron su elección? Es muy posible suponerlo, quizás los pocos ejemplos que conocemos no sean siquiera los mejores ya que tampoco hubo continuidad. Una respuesta que justificaba la elección recordó que los artesanos isleños estaban acostumbrados desde mucho antes al intercambio de objetos llegados de lejanas regiones –veamos en Costa Rica las hachas Olmecas o los Pipiles de Nicaragua con los Aztecas siglos más tarde-, y si, es factible que la aculturación que implica este objeto haya resultado de un proceso de reemplazo de ciertos materiales e imágenes por otros.
El significado de la elección
¿Fue el resultado una elección “políticamente correcta”? ¿Fue debido a estar exhibida de manera especial, aunque sea un museo muy poco conocido y que casi no ha sido publicada? ¿Realmente tantos arqueólogos e historiadores de América conocen objetos de las que hasta no hace mucho y en forma discriminatoria se llamaban “culturas marginales”, en lo que era un barbarismo histórico? Bien puede ser todo eso, pero el Cemí reúne dos épocas, la prehispánica y la colonial, tres grupos humanos: indígena (y seguramente a más de un grupo étnico), europeo y africano, no tiene un frente si no dos, podemos elegir de qué lado mirarlo a tal grado es su indefinición. La Puerta del Sol o la Coatlicue son viejos conocidos del arte prehispánico, incluso redundantes, esto tiene el mérito de ser un hallazgo moderno entre las colecciones de un viejo museo, y el hecho de haber sido confundida con otra región del mundo, nada menos que con África.
Perfecto en sí mismo, este objeto reúne absolutamente todo lo necesario para representar América tal como la concebimos hoy: pluricultural, multiétnica, ambivalente, multiforme, con grupos sociales y raciales aun enfrentados pero que sin duda conforman una unidad, elaborada, compleja pero coherente, con forma.
¿La elección fue hecha por la Posmodernidad y después del “Encuentro de culturas” de 1992 en el 500 aniversario de Colón? ¿Hubiera sido factible elegir eso tiempo antes? Sí o no, todo es posible. Una etnografía de la arqueología y los arqueólogos sería muy interesante. Elegimos lo que nosotros creemos que representa al pasado indígena acorde al momento actual; antes o después la encuesta hubiera sido diferente.
Sirva este caso para iniciar este ciclo de conferencias y eventos sobre la multiculturalidad y la multietnicidad, sobre la presencia afro en América. El tema estuvo presente desde el siglo XVI, ahora sabemos oírlo mejor, nada más, los objetos hablaron pero quizás nadie los escuchó. La Maloca ha tomado otro sentido.
Referencias
[1] En ingles la pregunta hecha era:»What is the most extraordinary non-architectural object that you know that it was produced in the indigenous America of all times and places?”.