El Pabellón de Ecuador en la Exposición Internacional de París, 1900

DANA N°11

Artículo publicado en la revista DANA, Documentos de Arquitectura Nacional y Americana, número 11, correspondiente al mes de marzo de 1981, pps. 57-58, ISSN 0326-8640, Resistencia (provincia de Chaco), República Argentina.

París 1900: no hay ninguna duda que si durante el cambio de siglo hubiéramos preguntado a cualquier burgués «normal» de algún país occidental, cuál era el lugar y el momento más importante de la historia del hombre, hubiera respondido eso: París 1900. Y esas dos palabras sintetizaban la totalidad de las aspiraciones de «progreso» que distintos grupos sociales soñaban con lograr; ello se expresaba en la gran Exposición Internacional, que siguiendo una ya larga trayectoria (comenzada seis años después de la Revolución Francesa) se venía realizando en París.

Estas grandes exposiciones lograron su apogeo justamente con la que se realizó en el cambio de siglo, donde no sólo Francia, sino todos los países asistentes se esmeraron en lograr, obviamente según sus posibilidades, la mejor imagen de sus respectivos países. A lo largo del Sena, y bajo la sombra protectora de la Torre Eiffel (erigida en la Exposición anterior de 1889), se levantaban los pabellones de Inglaterra y Serbia, Túnez, Suiza, Argentina, Madagascar, Suecia, Rusia, España, Perú y México entre otros muchos. Por otra parte, los grandes edificios oficiales, tales como las Salas de Máquinas, las áreas dedicadas a la Educación, Historia y Museos, Producción de champagne, Ejército y Marina, y muchos otros, daban la imagen del despliegue monumental de la Exposición, que remataba dentro del Champ de Mars en el Palacio del Agua y el Castillo de la Electricidad.

Al ver en la actualidad las fotografías, libros y en especial las revistas que se publicaron para tal evento, nos hace sonreír un poco la ingenuidad de esa burguesía europea: por ejemplo, los países más «exóticos» tenían gran cantidad de gente disfrazada caminando por la; alrededores de sus construcciones típicas. Los países africanos, además de gente de color, muestran exploradores ingleses con sus cascos, rifles y mochilas. ¡Suiza construyó una cadena montañosa de cemento y papel maché, con cabañas de madera y ovejas: París estaba representado por una pequeña ciudad de calles con edificios góticos, románticos y dieciochescos.

Lógicamente, y al igual que el mundo de la época, los pabellones estaban separados entre sí: la orilla del Sena era para los países europeos, otra sección más alejada para las colonias francesas de ultramar, y dispersos por ahí, América Latina y otros países considerados en su tiempo como «menores’:

América Latina estaba presente: en una visión digna de lo mejor del Recurso del Método de Alejo Carpentier, se encontraban Bolivia, Perú, Ecuador, México, Argentina, Guatemala y muchos otros que no podían quedar al margen del «progreso universal». Argentina estuvo presente con una gran construcción de hierro levantada por Joanny Bernard y Emile Robert (1); Perú erigió un edificio que los catálogos de la época definieron como «renacentista»; México – rompiendo la tradición de la Exposición de 1889 (2) – levantó un edificio «italiano», y así muchos casos más. En general, dos aspectos estilísticos estuvieron presentes en todos los casos: el eclecticismo y el Art Nouveau.

Pabellón de Guatemala en la Exposición de París de 1889

Estas notas son para rescatar del olvido uno de esos pabellones, el del Ecuador, que a la fecha no figura en la bibliografía y que nos ha costado enormemente obtener una fotografía original de esa construcción, magnífico ejemplo del Art Nouveau y de la inserción latinoamericana en esa corriente Europea.

En los libros y revistas que se publicaron en la época, debido a su reducido tamaño, sólo aparece en vistas de conjunto o por su proximidad a la torre Eiffel. Sólo recientemente hemos podido encontrar en la revista Le Panorama, publicada en ese momento, una buena foto completa, la que aquí reproducimos (3). Se encontraba ubicado al pie de la torre, en el extremo del Champ de Mars, entre los edificios de Marruecos, de Alcoholes Rusos, el Pabellón de la Mujer, el Restaurante y el Palacio de la Óptica. Era una construcción elevada, de un sólo cuerpo simétrico con una torre adosada; un gran vitraux de colores rematada el frente del edificio, y una abarrocada decoración cubría la construcción. Según una descripción de la época, «este palacio, de estilo Luis XV» se había erigido con el objeto de ser trasladado luego a Guayaquil para ser utilizado como Biblioteca Municipal. Demás está decir que se necesita mucha imaginación para reconocer lo Luís XV. A derecha e izquierda de la entrada se encontraban los bustos de Montalvo y Olmedo, como alegorías a la poesía y la prosa.

Pabellon del Ecuador en la Exposición Internacional de París (1900)

Pabellon del Ecuador en la Exposición Internacional de París (1900)

Siempre nos ha llamado la atención este pequeño edificio porque el Art Nouveau no es un estilo que haya tenido gran auge en el Ecuador. Tanto Guayaquil como Quito tuvieron varios sobrios ejemplos de él, pero nunca de tal magnificencia y abarrocamiento. Sería quizás que éste estaba en París, fuera de los entornos tan típicos de las dos ciudades, o porque fue proyectado por alguien directamente en Francia; pero no cabe ninguna duda que era lo menos característico de la arquitectura ecuatoriana, por lo general mucho más apegada a los tradicionales cánones coloniales, que les da a ambas ciudades esa extraordinaria homogeneidad urbana.

Es factible, y esto es sólo una hipótesis, que esta muestra del país haya sido financiada por la propia ciudad de Guayaquil, cuya burguesía comercial – exportadora estaba en ese momento viviendo un auge notorio. Eso nos explicaría lo avanzado de la propuesta formal, el participar en la Exposición y el que haya sido planeado para trasladarse posteriormente a esa ciudad para ser reutilizado.

La estructura interior era de hierro, la ornamentación estaba realizada en cal y cabe destacar el gran vitraux del frente con una magnífica alegoría a «la república» tan típica de la época.

Detalle del Pabellón de Ecuador

NOTAS

1) Federico Ortiz y otros, La arquitectura del liberalismo en la Argentina, Editorial Sudamericana, Buenos Aires, 1968.
2) México construyó un pabellón «neo – Prehispánico» que fue quizás el mejor ejemplo de esa arquitectura que intentaba retomar modelos formales indígenas para lograr una «arquitectura nacional». Fue realizado por Antonio Anza y Antonio Peñafiel.
3) Le Panorama: exposition universelle. L. Bachet editeur, 30 vols. Paris, 1900.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Este sitio usa Akismet para reducir el spam. Aprende cómo se procesan los datos de tus comentarios.